Aprende a gestionar las emociones tóxicas —ira, odio, miedo— para transformarlas y aprovecharlas para tu desarrollo espiritual y emocional.
Después de leer esto, te lo pensarás dos veces antes de decirle a un niño que está llorando eso de «No llores, no pasa nada». ¿Quieres saber por qué?
Los niños nos enseñan a ver el mundo con otros ojos, sin prejuicios. Esta sencilla historia que viví con mi hija es un bonito ejemplo de ello. ¡Disfrútala!