El fin de semana pasado nuestros amigos Jolly y Ramón nos dieron una gran noticia: los dos van a dejar sus empleos actuales —que apenas les dejan tiempo para verse— para realizar un sueño común que los llevará a trabajar en distintas ciudades de Europa.
Mientras nos lo explicaba, Ramón dijo algo más o menos así:
A veces, 15 segundos de tu vida se te quedan grabados en la memoria para siempre, mientras que meses enteros compuestos por días iguales unos a otros desaparecen en el olvido. Así que, lo que hemos decidido es hacer un cambio en nuestras vidas para tener más de esos momentos memorables.
Ramón tiene razón. La rutina de la vida diaria puede llegar a convertirse en una película en blanco y negro donde cada día es igual que el anterior. Cuando sabes que mañana no te espera nada nuevo, la vida pierde color y chispa.
Róbale tiempo a la rutina para colorear tus días
Por suerte, está en nuestras manos darle color a la vida. Jolly y Ramón han apostado por un gran cambio para colorear las suyas, pero si no es tu momento para algo tan radical, siempre puedes darle pequeñas pinceladas de color a tu día a día. Créeme, no es necesario que lo dejes todo y cambies de vida: basta con que hagas unos pequeños ajustes para convertir un día gris en uno memorable.
Como decía Ramón, a veces basta una experiencia de 15 segundos para crear un recuerdo imborrable. Algo tan sencillo como un rato jugando con tus hijos, una buena sesión de cine, una tarde de risas con tu mejor amiga o una clase de baile pueden romper con la rutina y hacer que este no sea un día más.
Es cierto, puede que este día sea casi igual que los demás, pero, ¿cómo puedes hacer que incluya algunos momentos memorables? ¿Qué vas a hacer hoy para que este día cuente? Está en tu manos quitarle terreno a tu rutina —a veces serán 15 segundos y en otras ocasiones 15 días— para así cambiarlo todo.
Pero, ojo, este tiempo no vendrá solo. No se trata de tener tiempo sino de hacer tiempo. La rutina es dura de pelar y se resistirá a que le quites espacio. Tendrás que luchar contra ella con uñas y dientes.
Tus mejores momentos
Si aún no sabes por dónde empezar a darle color a tu vida, puedes preguntarte cuáles son los mejores momentos que recuerdas de los últimos seis meses. ¿Y del último año? ¿Y qué buenos recuerdos tienes de hace cinco o diez años?
Estoy seguro de que todos esos buenos recuerdos tienen algo en común: estabas haciendo algo significativo para ti, algo que te emociona y que te hace sentir bien, algo que te realiza. Por otra parte, muchos de esos recuerdos tendrán en común a ciertas personas importantes, esas que hacen que tu vida sea mejor.
Si quieres, puedes anotar estas experiencias que te han marcado y plantearte cómo puedes crear más espacio para momentos así en tu día a día. Si disfrutabas tanto las clases de baile de tus tiempos mozos, ¿por qué no te apuntas a un curso de baile o sales a mover las caderas el próximo fin de semana? Si te encantaba hacer redacciones para la escuela —es mi caso—, ¿por qué no vuelves a escribir?
Y puedes hacer lo mismo con las personas que protagonizan esos recuerdos. A veces nos separamos de nuestras amistades porque cambiamos y perdemos puntos de encuentro, es natural; sin embargo, otras veces la vida parece separarnos sin razón aparente. En estos casos, si hacemos un esfuerzo por recuperar a estas personas en nuestras vidas, podemos revivir momentos felices del pasado y crear otros buenos recuerdos para el futuro.
Y si esas personas que te vienen a la mente cuando piensas en tus buenos momentos siguen presentes en tu día a día, ¡cuídalas para que sigan a tu lado en diez años!
Toda vida tiene cierto punto de rutina y momentos grises, es natural, incluso sano, diría yo. Sin embargo, si dejamos que la fuerza de la inercia nos arrastre, podemos morirnos de asco y aburrimiento… ¡No dejes que eso te suceda a ti!
Plantéate qué puedes cambiar en tu día a día para ser un poquito más feliz, para darle unas notas de color a tu vida y para recuperar un poco de la vitalidad que la rutina te ha ido robando.
Yo, por ejemplo, he decidido dedicarle más tiempo a la escritura y cambiar más de escenario mientras escribo. De hecho, ahora mismo estoy terminando este artículo en un bar mientras me tomo una cerveza; estoy seguro de que recordaré este momento en un futuro.
También voy a planificar un par de salidas a la montaña con Ana y nuestra hija Maia. Es más fácil quedarse en casa y limitarse a dar un paseo por el barrio, pero así no le vamos a dar mucho color a la vida. Estos son solo dos ejemplos, pero te aseguro que voy a esforzarme para darle color a mis días.
Hace falta decisión, disciplina y acción para llevar la vida que uno quiere. No podemos pasarnos la vida entera con el piloto automático puesto.
Y tú, ¿vas a hacer algo para robarle espacio a la rutina y darles más color a tus días?
De cualquier modo, no te obsesiones con romper con la rutina, porque esta también tiene su valor: ese es el tema de mi próximo artículo. Si no quieres perdértelo, suscríbete ahora para recibirlo cómodamente por email.
Créditos de las fotografías:
Cabecera: Dave Maier (CC)
Cuerpo: esta foto es mía (CC).