Categoría: Filosofía de vida

  • Una taza rota

    Una taza rota

    En este artículo te voy a decir que, aunque nunca te lo hayas planteado, eres como una taza; como una taza rota, para ser exactos. Igual que yo. Y con un poco de suerte, cuando termines de leer este texto, serás un poco más consciente del inmenso valor de tu vida y tendrás más determinación […]

  • Ocasiones perdidas

    Ocasiones perdidas

    En la cama antes de acostarme; en el baño nada más levantarme; en la cocina mientras preparaba el primer café del día; en el salón mientras desayunaba;

  • Te pido 7 minutos para ayudar a construir un mundo mejor

    Te pido 7 minutos para ayudar a construir un mundo mejor

    Hace un par de años, me decidí a colaborar con Médicos Sin Fronteras (MSF) con un pequeño donativo mensual: 10€ mensuales con los que yo no puedo hacer gran cosa, pero que a MSF le sirven para ayudar a personas que sufren las penurias de la guerra, el hambre y la enfermedad.

  • Reto superado: meditar cada día durante 100 días

    Reto superado: meditar cada día durante 100 días

    Hoy he superado un reto personal: meditar cada día durante 100 días seguidos sin excepción. Ya lo había intentado en otras ocasiones, pero sin éxito. Antes o después, siempre fallaba algún día. ¿Cuál ha sido el secreto que me ha permitido conseguirlo esta vez? Unas sencillas estrategias que te presentaré a continuación y que también […]

  • Ecuanimidad y meditación. Enseñanzas budistas para la paz interior

    Ecuanimidad y meditación. Enseñanzas budistas para la paz interior

    La ecuanimidad es uno de los frutos naturales de la práctica regular de la meditación. Medita con constancia y determinación, y te harás más ecuánime. Dejarás de ser como una cometa en medio de un vendaval y te será mucho más fácil evitar las reacciones ciegas y automáticas. Es una cuestión de práctica, de entrenamiento.

  • La rutina no es un drama

    La rutina no es un drama

    Tienes que cambiarle el pañal a tu hija y, en cuanto se lo quitas, se da la vuelta, se escapa a la otra punta de la cama gateando a la velocidad del rayo y te mira con una sonrisa traviesa. Tú no estás para risas porque tienes prisas —cómo cambia la palabra con solo añadirle […]